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Se acabo la partida

Siempre he sido muy absurda en cuanto a ti se refiere, me gustaba creer que volverías.
¿Absurda? Más bien rozaba lo patético, queriendo encontrar una explicación que te exculpase de cualquier error.
En el amor todos somos ridículos y soñadores...
No me avergüenza ser así, es más me encanta ser ridícula, creo que es algo que va conmigo. 

Te fuiste. 
De echo no me sorprendió, nunca fuiste de estar mucho tiempo en un mismo lugar. 
¿Y ciertamente, a quién no le gusta ser libre?

No obstante mentiría si te dijera que esta vez esperaba que te quedaras.
Quizás me confié en que tendría tus abrazos todos los días. Tal vez pensé que esta vez habías vuelto para siempre. O quizás solo era que aun creía que al igual que a mi contigo, a ti te apetecía estar a mi lado.

Pero ya ha pasado tiempo, y de verdad no hace falta que me devuelvas todas las pelotas que lance a tu tejado.
No es que me cansara de esperar (que también) es que me canse de jugar, me canse de ti y de todo lo que te rodea.

Efectivamente ya no eres esa persona que me roba la consciencia, que me hace vivir solo por ella, desvivirme por ella.

Ya no me paso el día pensando donde estarás, ni si me extrañaras.
Y por la noche no sueño contigo, ni con toda la vida que pasaremos juntos.
Si, ya me aburres.

Se que ambos creíamos que yo estaría siempre ahí pero, lo siento, no lo puedo cumplir. De hecho más bien es un "no lo quiero cumplir".
Quizás fue porque tardaste mucho en continuar la partida, o simplemente porque me aburrió el juego.
Pero lo cierto es que pasé de temer que me olvidaras a molestarme tu presencia.

Me hartas.
Te veo y no siento ganas de estar a tu lado.
Es más, hace tiempo que sentí que no me aportabas nada en mi vida. Que tu manera de ser me desagradaba. Y tus tonterías de persona que se cree superior a la humanidad me parecen insoportables.

No mentiré, quizás tu tejado se hunda por el peso de tantas pelotas que no quiero recibir, pero yo no deseo que te valla mal, tampoco bien, solo deseo que la vida me permita ser feliz sin necesidad de que tu estés en ella.
Si, suena a absurdez dicha sin pensar, pero estoy más convencida que nunca de que quiero nuevas partidas y nuevos rivales.


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