Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de abril, 2015

No me hago la dura

Antes de nada diré que no quiero meter a todos en el mismo saco, se que hay excepciones... Pero después de tantos años son muy pocas las que me he encontrado.  Por eso hoy me gustaría dirigirme al publico masculino, si es que hay alguno por aquí jejeje... A ver, alguno se ha inventado que cuantas más veces le digáis a una chica lo guapa y/o buena que está, más posibilidades tendréis de ligar con ella...  Ya estoy yo para deciros que eso no es así.  La chica no cae antes ante el chico que sea capaz de decir más veces por minuto lo guapa que es. Y seguramente en lugar de halagador, le parecerás un pesado que incomoda más que agradar. Preguntarle por sus intereses, sacar algún tema de conversación, si la chica esta buena ya lo sabrá y con una vez que se lo digáis será suficiente ¡demostrar que tenéis algo más en la cabeza! Bueno retomando lo del tema de conversación... ser sinceros, ¿a alguno le ha funcionado lo de decirle a la chica que lo que necesita es que la follen bien

Más improvisación, y menos control

Luces. Nada como conducir por la noche para dejarse maravillar por las luces de la ciudad. A mi me gusta conducir. Nada como pisar el acelerador para sentir que los males se alejan. Nada como pisar el acelerador un poquito más y sentir que puedes sortear los obstáculos de que vida te ponga. Esa sensación que te da la velocidad, de que tienes el poder, que puedes alcanzar cualquier meta. Por eso me gusta conducir cuando pretendo poner en orden mi vida. Que ironía, como si el orden de la vida pudiera modificarse... Podemos hacer que algo nos duela menos, o nos agrade más... Pero no tenemos poder para alterar el orden, las cosas suceden como deben, sin que este en nuestras manos el modificarlo. El ser humano tiende a complicarse la vida. Nos obsesionamos por el futuro, por controlar cada instante. Vivimos pendientes de tener una rutina que nos garantice justo eso"un futuro", en lugar de aprender a vivir el presente y de afrontar contratiempos. Nos gusta huir cuando las cos

Reencuentros

Hace poco tuve la suerte de reencontrarme con algunos de mis compañeros del colegio. Esos con los que fui a clase desde los 4 hasta los 12 años, esos con los que ya no tengo nada en común salvo miles de recuerdos... Es increíble como todos esos recuerdos hacen que esas personas no sean extraños. Tres, seis, diez años sin vernos y aún así existe la naturalidad y espontaneidad de quien se ve todos los días. Es más con algunos hasta mantienes la confianza que teníais de niños, persisten esas ganas de cotillear sobre todo y lamentas haber perdido el contacto durante ese tiempo. De pronto entabláis de nuevo amistad. Pero amistad de la buena, de esa que queda para desayunar, que se preocupa por la otra persona, de esa que se echan risas aun si haber bebido y se prestan cosas. Como si no hubiera pasado el tiempo, se hacen planes a corto y largo plazo. No hay rencores ni vacíos por el tiempo que se perdió el contacto. Y lo mejor de todo es que los reencuentros no suelen venir solos. A menudo

Madres, esos seres incomprendidos

Si analizáramos las viviendas mediante un gráfico de sonido, en la gran mayoría mostraría un notable aumento de decibelios los fines de semana. No, este aumento no se debe a que se ponga música por motivos festivos. Se debe a que las madres no trabajan. Para éste ser incomprendido  que no comprendemos, los días de descanso son el momento ideal para realizar tareas domesticas. La teoría dice que cada uno puede emplear sus días y tiempo libre como quiera, la práctica es algo distinta. Para las madres todos debemos estar haciendo algo a primera hora del sábado por la mañana, los gritos y aspiradoras que se escuchan en diversos pisos a esas horas lo confirman. No obstante si ellas no madrugan, podemos disfrutar de un tranquilo desayuno antes de hacer la cama y barrer las pelusas que misteriosamente ellas siempre encontrarán (aunque hayas pasado la aspiradora ellas verán alguna, garantizado 100%). Cierto es que si el momento de tensión fuera solo a primera hora de la mañana podríamos s

Puede esperar...

Por trabajo, estudios, cosas de familia en las que decidimos volcar todo nuestro tiempo... Vamos dejando atrás no lo que consideramos menos importante, pero si lo que no nos parece tan primordial. Ese libro que tanto nos apetece leer puede esperar. Las cañas con los amigos pueden pasar de una vez a la semana, a una vez al mes, total seguimos en contacto por whatsapp. La película que acaban de estrenar en el cine y queremos ver al final esperamos a poder descargárnosla y la verla en casa en un ratito que tengamos libre. Necesitamos ir a la peluquería pero... bah voy tirando con estos pelos. Empezamos a sustituir las plantas naturales por otras artificiales para no regalas. Dejamos de asistir a clase de baile, o de pintura, o de tocar ese instrumento que tantos años nos ha costado aprender. Incluso optamos por cambiar la comida casera que tanto nos gusta por un bocadillo. Todo ello por ganar unos minutos más al día. Unos minutos que nos permitan trabajar más, y no llegar tarde