Yo creía que ya en todos los armarios había un kimono, pues ha sido la prenda estrella del verano. A pesar de ello aun no tenía ninguno, y por eso cuando el Domingo vi éste en el mercadillo de El Pozo (si efectivamente compro en mercadillos, y además, me apasionan), no dude en comprármelo. No obstante lo que me ha llevado a escribir esta entrada es que una mujer de las que al igual que yo aun no había caído en la tentación de comprar ninguno, empezó a preguntarme donde había cogido esa prenda de flores (debe ser que solo había visto los lisos) y como podía ponérselo, si se llevaba abierto, cerrado... Por un momento me sentí como una creadora de tendencias, y la verdad que yo no había inventado nada. Pero me dio a pensar que quizás más personas tendrían ese mismo problema y decidí escribir esta entrada. Antes de nada quiero aclarar que yo siempre me visto como me da la gana, y que no tengo ni idea de fotografía, es más ni si quiera tengo la suerte de tener una cámara de fotos. Pe