Mis tacones de estar por casa

Hoy me dirijo a los diseñadores de zapateros. Por si no lo saben, existimos personas con pies pequeños y tacones altos. Y creo que al igual que el resto de personas tenemos derecho a aprovechar el espacio al máximo.  Se que mis zapatos ocupan mucho por eso descartaba el tenerlos en cajas, y preferí optar por algo diseñado para ellos, lo que viene a ser un zapatero. Por lo visto olvidé es que estos zapateros están diseñados para hombres con pies gigantes y mujeres con tacones de 4 cm como máximo. ¿Y que hay de los demás?  Para que quiero yo "cajones" de 40 cm, ¡si mi calzado mide 25! En el espacio de dos cajones me cogerían tres, y por lo tanto seria un 50% extra de almacenaje respecto a lo de ahora. No obstante mi mosqueo no viene por eso. Lo que me ha enfadado es que al meter los tacones, ¡el zapatero no pueda cerrarse! Es un sin sentido, es como tener una cuchara plana, carece de función. Una vez más al no disponer de otros medios u opciones hemos de conformar

hay que tener miles de días buenos. Nadie elige tener un día malo, sería realmente estúpido decidir eso. Ninguno queremos llegar tarde a trabajar, discutir con seres queridos o que nos salga todo del revés. Pero sucede. Todos tenemos días malos, días horribles y días aun peores. Días de esos en los que piensas, ¿para que me habré levantado hoy de la cama? Días en los que por mucho que intentas que las cosas salgan bien solo salen peor. Pero sin esos días no existirían los buenos. Y lo que es más importante, sin esos días malos, horribles o aún peores, no sabríamos a quien le importamos. Pues solamente aquellas personas que nos quieren son las que se quedan a nuestro lado. En ocasiones así nos damos cuenta de que esas personas a las que alguna vez hemos mandado a la mierda son capaces de llamarnos medio millón de veces al enterarse de que necesitamos hablar con alguien. Otros de los que hemos estado un tiempo alejados vienen a nuestra casa sin dudarlo un instante en cuanto ll

Muchos creen que el amor es una invención creado por películas  Disney o pastelosas, no obstante el amor ya existía antes de éstas. El amor es un sentimiento que surge en lo más profundo de nosotros, sin razón aparente. Lo mágico de este sentimiento es que no entiende de edades, ni género, ni cultura, ni tan siquiera llega en un momento que lo esperemos o busquemos. He visto a niños de 8 años mostrar más interés que adultos de 30. El amor simplemente aparece. De repente nos damos cuenta de que estamos enamorados, no sabemos porque ni en que preciso instante ha surgido pero reconocemos el sentimiento y sus síntomas. Esas famosas mariposillas en el estomago que nos quitan el hambre y nos llenan de vida, o nos la quitan cuando pensamos en el otro ser. ~ ¿Y si tu te alegras de verme a mi, pero yo no? ~ No lo había pensado. ~ ¿Y si yo me alegrara pero tu no? ~ No creo que pasase. ~ ¿Por qué? ~ Porque sigues siendo tu. Se suele pensar que enamorarse es encontrar a